Es tal la cantidad de información que se difunde para prevenir el envejecimiento que pronto se nos culpará de los efectos del tiempo del mismo modo que se nos culpa del sobrepeso y la obesidad. De nuevo se fiará todo a la superpoderosa fuerza de voluntad, el Mefistófeles al que vendemos nuestras almas contemporáneas.
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00:00Hola Sastre, muy buenos días a todos. De los creadores del
00:22estauste gordo porque quiere, llegan los del estauste viejo porque le apetece. Va creciendo
00:28el mercado de productos destinados a borrar los estragos que dejan los años vividos.
00:34Ya no son solo las cremas para arrugas y descolgamientos, la oferta se ha ampliado de forma exponencial
00:39con suplementos y mejunjes de todo tipo, rutinas de ejercicio y recomendaciones dietéticas
00:45de lo más variopintas. Entre los consejos que se dan ahora a quienes vivieron la posguerra
00:51está el de que vuelvan a pasar hambre, aunque lo llamen ayuno intermitente. Como dice alguno,
00:57no sé si viviré, pero qué largo se me van a hacer. Está en la cantidad de información que
01:02se difunde para prevenir el envejecimiento, que pronto se nos culpará de los efectos del tiempo,
01:08del mismo modo que se nos culpa del sobrepeso y la obesidad. De nuevo se fiará todo a la
01:14superpoderosa fuerza de voluntad, el mefistófeles al que vendemos nuestras almas contemporáneas.
01:21Ante este panorama imagino una rebelión antisistema de viejos que quieren vivir en paz,
01:27disfrutando de la buena mesa sin remordimientos dietéticos y durmiendo todas las yestas que les
01:32pida el cuerpo. Porque, como le dice J. Sender a Carmen Laforette en una carta,
01:38no se trata en la vida de vivir mucho, sino de vivir a gusto.
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