El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha afirmado que sería "mucho más cómodo" para él dimitir, pero ha explicado que no lo hace porque considera que esa decisión pondría a la Fiscalía en una situación de "debilidad" y afectaría a su sucesor, una brecha que podría ser aprovechada por fenómenos criminales como el terrorismo o el narcotráfico.
"Desde el punto de vista personal, para mí sería más cómodo marcharme. Yo no me aferro a ningún cargo. Yo creo en la institución que defiendo y por eso me quedo en ella", ha expresado García Ortiz en su comparecencia ante la Comisión de Justicia del Senado, donde los grupos parlamentarios del PP y Vox le han instado a renunciar.
El jefe del Ministerio Público ha subrayado que, si dimitiera, estaría haciendo "una concesión a los delincuentes", lo que pondría a la Fiscalía General en una posición de debilidad. "La Fiscalía tiene que mostrarse fuerte, fuerte, muy fuerte", ha señalado, advirtiendo que fenómenos delictivos como el narcotráfico y el terrorismo internacional no dudarían en aprovechar cualquier signo de debilidad para continuar con sus actividades criminales.
El fiscal general también ha defendido la imparcialidad que debe mantener en su cargo, recordando que, aunque le designa el Gobierno, debe ser neutral en el ejercicio de sus funciones. "No puedo salir al campo político, independientemente de mi imputación, y contestar a todas las cosas que generalmente se le dicen a un fiscal general", ha explicado, ya que de hacerlo perdería la condición de neutralidad que le permite desempeñar su función.
En este sentido, García Ortiz ha indicado que "hasta cierto punto, es fácil meterse con el fiscal general", pero ha subrayado que "hasta un niño de cuatro años podría hacerlo" y que él no respondería. "No hablamos el mismo lenguaje. Si hablásemos el mismo lenguaje, yo dejaría de ser fiscal general y me convertiría en un parlamentario", ha afirmado.
Asimismo, ha defendido que "es sano en democracia" que cada uno ejerza sus competencias, pero ha advertido que "el exceso de ejercicio de las competencias también es un problema en democracia". "Nadie puede excederse en el uso de sus competencias porque estaríamos equivocando los campos de juego en los que estamos cada uno", ha asegurado.
Finalmente, García Ortiz ha reiterado que tiene el derecho y la obligación de borrar los chats y correos electrónicos de sus dispositivos para proteger los datos de los que es "custodio". "Borro tanto porque es mi derecho a disponer de mi intimidad como porque cumplo las previsiones legales para proteger mis datos y los datos de los que soy custodio", ha explicado. También ha aclarado que su cuenta personal de correo electrónico no la borró al inicio de las investigaciones en su contra, sino "el 27 o el 28 de diciembre" debido al "acoso" que afirma haber sufrido después de la revelación de sus datos personales.
"Desde el punto de vista personal, para mí sería más cómodo marcharme. Yo no me aferro a ningún cargo. Yo creo en la institución que defiendo y por eso me quedo en ella", ha expresado García Ortiz en su comparecencia ante la Comisión de Justicia del Senado, donde los grupos parlamentarios del PP y Vox le han instado a renunciar.
El jefe del Ministerio Público ha subrayado que, si dimitiera, estaría haciendo "una concesión a los delincuentes", lo que pondría a la Fiscalía General en una posición de debilidad. "La Fiscalía tiene que mostrarse fuerte, fuerte, muy fuerte", ha señalado, advirtiendo que fenómenos delictivos como el narcotráfico y el terrorismo internacional no dudarían en aprovechar cualquier signo de debilidad para continuar con sus actividades criminales.
El fiscal general también ha defendido la imparcialidad que debe mantener en su cargo, recordando que, aunque le designa el Gobierno, debe ser neutral en el ejercicio de sus funciones. "No puedo salir al campo político, independientemente de mi imputación, y contestar a todas las cosas que generalmente se le dicen a un fiscal general", ha explicado, ya que de hacerlo perdería la condición de neutralidad que le permite desempeñar su función.
En este sentido, García Ortiz ha indicado que "hasta cierto punto, es fácil meterse con el fiscal general", pero ha subrayado que "hasta un niño de cuatro años podría hacerlo" y que él no respondería. "No hablamos el mismo lenguaje. Si hablásemos el mismo lenguaje, yo dejaría de ser fiscal general y me convertiría en un parlamentario", ha afirmado.
Asimismo, ha defendido que "es sano en democracia" que cada uno ejerza sus competencias, pero ha advertido que "el exceso de ejercicio de las competencias también es un problema en democracia". "Nadie puede excederse en el uso de sus competencias porque estaríamos equivocando los campos de juego en los que estamos cada uno", ha asegurado.
Finalmente, García Ortiz ha reiterado que tiene el derecho y la obligación de borrar los chats y correos electrónicos de sus dispositivos para proteger los datos de los que es "custodio". "Borro tanto porque es mi derecho a disponer de mi intimidad como porque cumplo las previsiones legales para proteger mis datos y los datos de los que soy custodio", ha explicado. También ha aclarado que su cuenta personal de correo electrónico no la borró al inicio de las investigaciones en su contra, sino "el 27 o el 28 de diciembre" debido al "acoso" que afirma haber sufrido después de la revelación de sus datos personales.
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00:00Borro, tanto porque es mi derecho a disponer de mi intimidad, como lo tiene cualquier otro ciudadano,
00:06como lo tienen ustedes en sus dispositivos, ejerzo mi libertad,
00:10como porque cumplo las previsiones legales para proteger mis datos y los datos de los que soy custodio.
00:17Si yo dimitiera, estaría haciendo una concesión, una concesión a los delincuentes,
00:21una concesión a otras personas.
00:24Estaría haciendo una concesión y eso sí podría colocar a la Fiscalía General en una situación de debilidad,
00:28incluso desde el punto de vista personal, para mí sería más cómodo marcharme.
00:32Yo no me aferro a ningún cargo, yo creo en la institución que defiendo y por eso me quedo en ella.