El Gobierno Sánchez maniobra frenéticamente para expulsar a los monjes benedictinos del Valle de los Caídos.
Atribulado por el diluvio de corrupción que le está cayendo encima, viendo que la complicidad de RTVE, El País, Cadena SER, LaSexta y resto de la ‘Brunete Pedrete’ periodística no le será esta vez suficiente para tapar las historietas de puticlubs, mordidas, comisiones ilegales y pelotazos millonarios que afloran cada día, el jefe del PSOE y su banda sacan de nuevo el comodín de Franco.
Y a falta de otra cosa, concluyen que su mejor jugada sería desalojar a la comunidad religiosa de la abadía de la Santa Cruz, por las buenas o por las malas.
Por las buenas parece difícil, porque los 21 monjes se resisten con uñas y dientes, así que va a ir por las malas con un infame decreto, en el que ya trabaja el infame Ministerio de Memoria Democrática.
El departamento que dirige el socialista Torres, quien siendo presidente autonómico de Canarias benefició a la ‘Trama Koldo’ con 12 millones de euros, pagando las mascarillas un 90% por encima de su valor real, se da un plazo máximo de dos años para transformar el Valle en un ‘centro de interpretación’.
No se muy bien que entienden estos majaderos por ‘interpretación, pero ya les adelanto que no será nada bueno.
Estos maleantes son capaces de montar allí un parque de atracciones.
No lo tiene sencillo el Gobierno Frankenstein, porque sigue en vigor un convenio que la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, de titularidad pública, y la Abadía Benedictina de Silos firmaron en 1958.
Y, en teoría, porque estos del PSOE son capaces de cualquier atrocidad y se saltan la ley a la torera, Sánchez y sus secuaces no pueden romperlo de forma unilateral.
La via de la Conferencia Episcopal, siempre tan complaciente con el poder, tan callada y tan sumisa, está descartada porque los obispos no españoles no tienen jurisdicción sobre el Valle: compete directamente a la Santa Sede.
Queda la opción del Vaticano.
Los socialistas no descartan que el Papa Francisco, fiel a su alma peronista, les eche una mano desde Roma.
Todo es posible, pero me da a mi que el argentino Bergoglio -que ha realizado 40 viajes y visitado 60 países desde que es Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, pero no se ha dignado venir a España-, no acudirá está vez al auxilio de Sánchez.
Tiene el Vicario de Cristo en la Tierra 87 años y aunque en el pasado dejó claro que le gustan más periodistas tipo Jordi Evole que estilo Carlos Herrera y que abomina la Historia de España, anda el hombre muy pachucho para meterse en berenjenales.
No va a quedar otra que resolver el asunto aquí y le mejor forma de hacerlo, la más expeditiva y recomendable, es echar a Sánchez y esta cuadrilla antes de nos la claven otra vez.
Si hay elecciones generales antes de concluir 2024, como se rumorea en los medios, ya saben lo que tienen que hacer… damas y caballeros.
Atribulado por el diluvio de corrupción que le está cayendo encima, viendo que la complicidad de RTVE, El País, Cadena SER, LaSexta y resto de la ‘Brunete Pedrete’ periodística no le será esta vez suficiente para tapar las historietas de puticlubs, mordidas, comisiones ilegales y pelotazos millonarios que afloran cada día, el jefe del PSOE y su banda sacan de nuevo el comodín de Franco.
Y a falta de otra cosa, concluyen que su mejor jugada sería desalojar a la comunidad religiosa de la abadía de la Santa Cruz, por las buenas o por las malas.
Por las buenas parece difícil, porque los 21 monjes se resisten con uñas y dientes, así que va a ir por las malas con un infame decreto, en el que ya trabaja el infame Ministerio de Memoria Democrática.
El departamento que dirige el socialista Torres, quien siendo presidente autonómico de Canarias benefició a la ‘Trama Koldo’ con 12 millones de euros, pagando las mascarillas un 90% por encima de su valor real, se da un plazo máximo de dos años para transformar el Valle en un ‘centro de interpretación’.
No se muy bien que entienden estos majaderos por ‘interpretación, pero ya les adelanto que no será nada bueno.
Estos maleantes son capaces de montar allí un parque de atracciones.
No lo tiene sencillo el Gobierno Frankenstein, porque sigue en vigor un convenio que la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, de titularidad pública, y la Abadía Benedictina de Silos firmaron en 1958.
Y, en teoría, porque estos del PSOE son capaces de cualquier atrocidad y se saltan la ley a la torera, Sánchez y sus secuaces no pueden romperlo de forma unilateral.
La via de la Conferencia Episcopal, siempre tan complaciente con el poder, tan callada y tan sumisa, está descartada porque los obispos no españoles no tienen jurisdicción sobre el Valle: compete directamente a la Santa Sede.
Queda la opción del Vaticano.
Los socialistas no descartan que el Papa Francisco, fiel a su alma peronista, les eche una mano desde Roma.
Todo es posible, pero me da a mi que el argentino Bergoglio -que ha realizado 40 viajes y visitado 60 países desde que es Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, pero no se ha dignado venir a España-, no acudirá está vez al auxilio de Sánchez.
Tiene el Vicario de Cristo en la Tierra 87 años y aunque en el pasado dejó claro que le gustan más periodistas tipo Jordi Evole que estilo Carlos Herrera y que abomina la Historia de España, anda el hombre muy pachucho para meterse en berenjenales.
No va a quedar otra que resolver el asunto aquí y le mejor forma de hacerlo, la más expeditiva y recomendable, es echar a Sánchez y esta cuadrilla antes de nos la claven otra vez.
Si hay elecciones generales antes de concluir 2024, como se rumorea en los medios, ya saben lo que tienen que hacer… damas y caballeros.
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