"Catedral," un cuento escrito por Raymond Carver, narra la transformación de un hombre a través de su interacción con un ciego llamado Robert, quien visita su hogar. Inicialmente, el protagonista está incómodo y prejuicioso hacia Robert. Sin embargo, al pasar la noche juntos y compartir una experiencia de dibujar una catedral, el protagonista comienza a ver el mundo de una manera más profunda y empática, logrando una conexión inesperada que lo lleva a una comprensión renovada de sí mismo y de los demás.
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AprendizajeTranscripción
00:00Catedral, Raymond Carver
00:04Un ciego, antiguo amigo de mi mujer, iba a venir a pasar la noche en casa.
00:09Su esposa había muerto, de modo que estaba visitando a los parientes de ella en Connecticut.
00:15Llamó a mi mujer desde la casa de sus suegros. Se pusieron de acuerdo.
00:19Vendría en tren, un viaje de cinco horas, y mi mujer le recibiría en la estación.
00:24No lo veía desde hacía diez años, después de un verano que trabajó para él en Seattle.
00:29Pero ella y el ciego habían estado en contacto. Grababan cintas magnetofónicas y se las enviaban.
00:35Su visita no me entusiasmaba. Yo no lo conocía, y me inquietaba el hecho de que fuese ciego.
00:41La idea que yo tenía de la ceguera me venía de las películas.
00:45En el cine, los ciegos se mueven despacio y no sonríen jamás. A veces van guiados por perros.
00:51Un ciego en casa no era algo que esperase con ilusión.
00:55Aquel verano en Seattle, ella necesitaba trabajo. No tenía dinero.
01:00El hombre con quien iba a casarse al final del verano estaba en una escuela de formación de oficiales.
01:06Y tampoco tenía dinero. Pero ella estaba enamorada del tipo, y él estaba enamorado de ella, etc.
01:13Vio un anuncio en el periódico. Se necesita lectora para ciego, y un número de teléfono.
01:19Llamó, se presentó y la contrataron enseguida. Trabajó todo el verano para el ciego.
01:24Le leía multitud de documentos, expedientes, informes, ese tipo de cosas.
01:29Le ayudó a organizar un pequeño despacho en el departamento del servicio social del condado.
01:34Mi mujer y el ciego se hicieron buenos amigos.
01:38Que, como lo sé, ella me lo ha contado. Y también otra cosa.
01:43En su último día de trabajo, el ciego le preguntó si podía tocarle la cara.
01:48Ella accedió. Me dijo que le pasó los dedos por toda la cara, la nariz, incluso el cuello.
01:54Ella nunca lo olvidó. Incluso intentó escribir un poema.
01:59Siempre estaba intentando escribir poesía. Escribía un poema o dos al año,
02:04sobre todo después de que le ocurriera algo importante.
02:07Cuando empezamos a salir juntos, me lo enseñó.
02:11En el poema, recordaba sus dedos y el modo en que le recorrieron la cara.
02:15Contaba lo que había sentido en aquellos momentos,
02:18lo que le pasó por la cabeza cuando el ciego le tocó la nariz y los labios.
02:22Recuerdo que el poema no me impresionó mucho.
02:26Claro que no se lo dije. Tal vez sea que no entiendo la poesía.
02:30Admito que no es lo primero que elijo cuando quiero algo para leer.
02:34En cualquier caso, el hombre que primero disfrutó de sus favores,
02:38el futuro oficial, había sido su amor de la infancia.
02:43Así que, vale.
02:45Estaba diciendo que al final del verano,
02:48ella permitió que el ciego le pasara las manos por la cara.
02:51Luego se despidió de él, se casó con su amor, etc.,
02:55ya teniente, y se fue de Seattle.
02:58Pero el ciego y ella siguieron en contacto.
03:01Ella dio el primer paso al cabo del año, o así.
03:05Lo llamó una noche por teléfono desde una base de las Fuerzas Aéreas en Alabama.
03:10Tenía ganas de hablar. Hablaron.
03:13Él le pidió que le enviara una cinta y le contara cosas de su vida.
03:17Así lo hizo. Le envió la cinta.
03:20En ella le contaba al ciego cosas de su marido y de su vida en común en la base aérea.
03:25Le contó al ciego que quería a su marido,
03:28pero que no le gustaba el sitio donde vivían,
03:31ni tampoco que él formase parte del entramado militar e industrial.
03:35Contó al ciego que había escrito un poema que trataba de él.
03:39Le dijo que estaba escribiendo un poema
03:42sobre la vida de la mujer de un oficial de las Fuerzas Aéreas.
03:46Todavía no lo había terminado. Aún seguía trabajando en él.
03:50El ciego grabó una cinta. Se la envió.
03:54Ella grabó otra. Y así durante años.
03:57Al oficial lo destinaron a una base y luego a otra.
04:01Ella envió cintas desde Moody, Asep Bay, Maguire, McConnell
04:06y finalmente Travis, cerca de Sacramento,
04:09donde una noche se sintió sola y aislada de las amistades que iba perdiendo en aquella vida viajera.
04:15Creía que ya no podía aguantar más.
04:18Entró en casa y se tragó todas las píldoras y cápsulas que había en el armario de las medicinas
04:24con ayuda de una botella de ginebra.
04:26Luego tomó un baño caliente y perdió el sentido.
04:30Pero en vez de morirse, le dieron náuseas.
04:33Vomitó. Su oficial. ¿Por qué iba a tener nombre?
04:38Era el amor de su infancia. ¿Qué más quiere?
04:41Llegó a casa, la encontró y llamó a una ambulancia.
04:46A su debido tiempo ella lo grabó todo y envió la cinta al ciego.
04:50A lo largo de los años, iba grabando toda clase de cosas y enviando cintas a buen ritmo.
04:56Aparte de escribir un poema al año, creo que esa era su distracción favorita.
05:02En una cinta le decía al ciego que había decidido separarse del oficial por una temporada.
05:08En otra le hablaba de divorcio.
05:11Ella y yo empezamos a salir y por supuesto se lo contó al ciego.
05:15Se lo contaba todo. O eso me parecía a mí.
05:18Una vez me preguntó si me gustaría oír la última cinta del ciego.
05:24Eso fue hace un año. Hablaba de mí, me dijo.
05:28Así que dije, bueno, la escucharé.
05:31Puse unas copas y nos sentamos en el cuarto de estar.
05:35Nos preparamos para escuchar.
05:37Primero introdujo la cinta en el magnetófono y tocó un par de botones.
05:42Luego accionó una palanquita.
05:45La cinta chirrió y alguien empezó a hablar con voz sonora.
05:49Ella bajó el volumen.
05:51Tras unos minutos de chácharas sin importancia, oí mi nombre en boca de ese desconocido,
05:56del ciego a quien jamás había visto.
05:59Y luego esto.
06:01Por todo lo que me has contado de él, solo puedo deducir.
06:05Pero una llamada a la puerta nos interrumpió y no volvimos a poner la cinta.
06:11Quizá fuese mejor así.
06:13Ya había oído todo lo que quería oír.
06:16Y ahora ese mismo ciego venía a dormir a mi casa.
06:20A lo mejor puedo llevarlo a la volera, dije a mi mujer.
06:25Estaba frente al escurridero, cortando patatas para hacerlas al gratén.
06:29Dejó el cuchillo y se volvió.
06:32Si me quieres, dijo ella, hazlo por mí.
06:36Si no me quieres no pasa nada.
06:38Pero si tuvieras un amigo cualquiera que fuese y viniera a visitarte, yo trataría de que se sintiera a gusto.
06:44Se secó las manos con el paño de los platos.
06:47Yo no tengo ningún amigo ciego.
06:50Tú no tienes ningún amigo.
06:52Y punto.
06:53Además, dijo, maldita sea, su mujer se acaba de morir.
06:58¿No lo entiendes?
07:00Ha perdido a su mujer.
07:02No contesté.
07:04Me había hablado un poco de su mujer.
07:06Se llamaba Béula.
07:08Béula es nombre de negra.
07:10¿Era negra su mujer?
07:12Pregunté.
07:13¿Estás loco?
07:15Dijo mi mujer.
07:17¿Te has vuelto chaveta o algo así?
07:19Cogió una patata.
07:21Vi cómo caía al suelo y luego rodaba bajo el fogón.
07:24¿Qué te pasa?
07:26Dijo ella.
07:27¿Estás borracho?
07:29Solo pregunto.
07:30Dije.
07:32Entonces mi mujer empezó a darme más detalles de los que yo quería saber.
07:36Me serví una copa y me senté a la mesa de la cocina, a escuchar.
07:40Partes de la historia empezaron a encajar.
07:43Béula fue a trabajar para el ciego después de que mi mujer se despidiera.
07:47Poco más tarde, Béula y el ciego se casaron por la iglesia.
07:52Fue una boda sencilla.
07:54¿Quién iba a ir a una boda así?
07:57Solo los dos.
07:59Más el ministro y su mujer.
08:01Pero de todos modos fue un matrimonio religioso.
08:04Lo que Béula quería, había dicho él.
08:08Pero es posible que en aquel momento Béula llevara ya el cáncer en las glándulas.
08:13Tras haber sido inseparables durante ocho años,
08:16esa fue la palabra que empleó mi mujer, inseparables,
08:20la salud de Béula empezó a declinar rápidamente.
08:23Murió en una habitación de hospital de Seattle,
08:26mientras el ciego, sentado junto a la cama, le cogía la mano.
08:30Se habían casado, habían vivido y trabajado juntos,
08:34habían dormido juntos, y hecho el amor, claro,
08:37y luego el ciego había tenido que enterrarla.
08:40Todo esto sin haber visto ni una sola vez el aspecto que tenía la dichosa señora.
08:46Era algo que yo no llegaba a entender.
08:49Al oírlo, sentí un poco de lástima por el ciego.
08:53Y luego me sorprendí pensando qué vida tan lamentable debió de llevar ella.
08:59Difícil de imaginarse a una mujer que jamás pudo verse
09:02según la veían los ojos de su amado.
09:05Una mujer que veía pasar los días sin recibir el menor cumplido del hombre que ama.
09:10Una mujer cuyo marido jamás leyó la expresión de su cara,
09:14ya fuera de sufrimiento o de algo bueno.
09:17Una mujer que podía ponerse o no maquillaje,
09:20¿qué más le daba a él?
09:22Si se le antojaba podía llevar sombra verde en un ojo,
09:25alfiler en la nariz, pantalones amarillos y zapatos morados, no importaba.
09:30Para luego esperar la muerte, la mano del ciego sobre la suya,
09:34los ojos ciegos derramando lágrimas.
09:37Me lo estoy imaginando.
09:39Y mientras iba en el expreso hacia la tumba,
09:42su último pensamiento quizá fuera que él nunca había sabido cómo era.
09:46Robert se quedó con una pequeña póliza de seguros
09:49y la mitad de una moneda mexicana de 20 pesos.
09:52La otra mitad se quedó en el ataúd con ella.
09:55Patético.
09:56Así que, cuando llegó el momento, mi mujer fue a la estación a recogerlo.
10:01Sin nada que hacer salvo esperar,
10:03claro que de eso me quejaba.
10:05Estaba tomando una copa y viendo la televisión
10:07cuando oí parar al coche en el camino de entrada.
10:10Sin dejar la copa, me levanté del sofá y fui a la ventana a echar una mirada.
10:15Vi reír a mi mujer mientras aparcaba el coche.
10:18La vi salir y cerrar la puerta.
10:20Estaba sonriendo.
10:21¡Qué increíble!
10:23Rodeó el coche y fue a la puerta por la que el ciego ya estaba empezando a salir.
10:28¡El ciego, fígurate!
10:30Llevaba barba crecida.
10:32¡Un ciego con barba!
10:34Es demasiado, diría yo.
10:37El ciego alargó el brazo hacia el asiento de atrás y sacó una maleta.
10:42Mi mujer lo cogió del brazo, cerró la puerta
10:45y sin dejar de hablar durante todo el camino
10:48lo condujo hacia las escaleras y el porche.
10:51Apagué la televisión.
10:53Terminé la copa, lavé el vaso, me sequé las manos.
10:56Luego fui a la puerta.
10:58—Te presento a Robert —dijo mi mujer—.
11:01Robert, este es mi marido.
11:03Ya te he hablado de él.
11:05Estaba radiante de alegría.
11:07Llevaba al ciego cogido por la manga del abrigo.
11:10El ciego dejó la maleta en el suelo y me tendió la mano.
11:14Se la estreché.
11:16Con buen apretón retuvo mi mano y luego la soltó.
11:20—Tengo la impresión de que ya nos conocemos —dijo con voz grave.
11:25—Yo también —dije.
11:27No se me ocurrió otra cosa.
11:29Luego dije.
11:31—Bienvenido.
11:32He oído hablar mucho de usted.
11:34Entonces, formando un pequeño grupo,
11:36pasamos del porche al cuarto de estar,
11:38mi mujer conduciéndolo del brazo.
11:41El ciego llevaba la maleta en la otra mano.
11:44Mi mujer decía cosas como
11:45—A tu izquierda, Robert.
11:47Eso es.
11:48Ahora, cuidado, hay una silla.
11:50Ya está.
11:51Siéntate ahí mismo.
11:52Es el sofá.
11:53Lo hemos comprado hace dos semanas.
11:55Quise decir algo sobre el sofá viejo.
11:58Me gustaba.
11:59Pero no dije nada.
12:00Luego quise decir otra cosa, sin importancia,
12:03sobre la panorámica del Hudson que se veía durante el viaje.
12:07Y que para ir a Nueva York había que sentarse en la parte derecha del tren
12:11y al venir de Nueva York en la parte izquierda.
12:14—¿Ha tenido buen viaje?
12:16Le pregunté.
12:17—A propósito, ¿en qué lado del tren ha venido sentado?
12:21—¡Vaya pregunta!
12:22¿En qué lado?
12:23exclamó mi mujer.
12:24—¿Qué importancia tiene?
12:26—Era una pregunta.
12:28—En el lado derecho.
12:30Dijo el ciego.
12:31Hacía casi cuarenta años que no iba en tren.
12:34Desde que era niño.
12:36Con mis padres.
12:37Demasiado tiempo.
12:39Casi había olvidado la sensación.
12:41Ya tengo canas en la barba.
12:43O eso me han dicho, en todo caso.
12:45—¿Tengo aspecto distinguido, querida mía?
12:48preguntó el ciego a mi mujer.
12:50—Tienes un aire muy distinguido, Robert.
12:53Dijo ella.
12:54—Robert, qué contenta estoy de verte, Robert.
12:58Finalmente, mi mujer apartó la vista del ciego y me miró.
13:02Tuve la impresión de que no le gustaba lo que veía.
13:05Me encogí de hombros.
13:07Nunca me han presentado ni he conocido personalmente a ningún ciego.
13:12Aquel tenía cuarenta y tantos años.
13:14Era de constitución fuerte, casi calvo.
13:17De hombros hundidos.
13:18Como si llevara un gran peso.
13:20Llevaba pantalones y zapatos marrones,
13:23camisa de color castaño claro,
13:25corbata y chaqueta de sport.
13:27Impresionante.
13:28Y también una barba tupida.
13:30Pero no utilizaba bastón ni llevaba gafas oscuras.
13:34Siempre pensé que las gafas oscuras eran indispensables para los ciegos.
13:38El caso es que me hubiera gustado que las llevara.
13:41A primera vista, sus ojos parecían normales,
13:44como los de todo el mundo.
13:45Pero si uno se fijaba, tenían algo diferente.
13:48Demasiado blanco en el iris, para empezar.
13:51Y las pupilas parecían moverse en sus órbitas
13:53como si no se diera cuenta o fuese incapaz de evitarlo.
13:57Horrible.
13:58Mientras contemplaba su cara,
14:00vi que su pupila izquierda giraba hacia la nariz
14:03mientras la otra procuraba mantenerse en su sitio.
14:06Pero era un intento vano,
14:08pues el ojo vagaba por su cuenta sin que él lo supiera o quisiera saberlo.
14:13—Voy a servirle una copa —dije.
14:16—¿Qué prefiere?
14:18Tenemos un poco de todo.
14:20Es uno de nuestros pasatiempos.
14:22—Solo bebo whisky escocés, muchacho —se apresuró a decir con su voz sonora.
14:27—De acuerdo —dije.
14:30—¿Lo has hecho?
14:31—Claro que sí, lo sabía.
14:33Tocó con los dedos la maleta que estaba junto al sofá.
14:36Se hacía su composición de lugar.
14:39No se lo reproché.
14:41—La llevaré a tu habitación —le dijo mi mujer.
14:44—No, está bien —dijo el ciego en voz alta.
14:48Ya la llevaré yo cuando suba.
14:50—Con un poco de agua el whisky —le dije.
14:54—Muy poca.
14:55—Lo sabía.
14:57—Solo una gota —dijo él.
14:59—¿Ese actor irlandés, Barry Fitzgerald?
15:01—Soy como él.
15:03—Cuando bebo agua —decía Fitzgerald— bebo agua.
15:06Cuando bebo whisky, bebo whisky.
15:09Mi mujer se echó a reír.
15:11El ciego se llevó la mano bajo la barba.
15:13La alzó despacio y la dejó caer.
15:16Preparé las copas.
15:17Tres vasos grandes de whisky con un chorrito de agua en cada uno.
15:21Luego nos pusimos cómodos y hablamos de los viajes de Robert.
15:24Primero, el largo vuelo desde la costa oeste a Connecticut.
15:28Luego, de Connecticut aquí, en tren.
15:31Tomamos otra copa para esa parte del viaje.
15:33Recordé haber leído en algún sitio que los ciegos no fuman debido, según dicen, a que no pueden ver el humo que exhalan.
15:40Creí que al menos sabía eso de los ciegos.
15:43Pero este ciego en particular fumaba el cigarrillo hasta el filtro y luego encendía otro.
15:48Llenó el cenicero y mi mujer lo vació.
15:51Cuando nos sentamos a la mesa para cenar, tomamos otra copa.
15:54Mi mujer llenó el plato de Robert con un filete grueso, patatas al gratén, judías verdes.
16:00Le unté con mantequilla dos rebanadas de pan.
16:03—Ahí tiene pan y mantequilla —le dije, bebiendo parte de mi copa—.
16:08Y ahora recemos.
16:10El ciego inclinó la cabeza.
16:12Mi mujer me miró con la boca abierta.
16:14—Roguemos para que el teléfono no suene y la comida no esté fría —dije.
16:19Nos pusimos al ataque.
16:20Nos comimos todo lo que había en la mesa.
16:23Nos devoramos como si no hubiera un mañana.
16:25No hablamos.
16:26Comimos.
16:27Nos atiborramos.
16:28Como animales.
16:29Nos dedicamos a comer en serio.
16:31El ciego localizaba inmediatamente la comida.
16:34Sabía exactamente dónde estaba todo en el plato.
16:37Lo observé con admiración mientras manipulaba la carne con el cuchillo y el tenedor.
16:42Cortaba dos trozos de filete, se llevaba la carne a la boca con el tenedor,
16:46se dedicaba luego a las patatas gratinadas y a las judías verdes.
16:51Después partía un trozo grande de pan con mantequilla y se lo comía.
16:55Lo acompañaba con un buen trago de leche.
16:58Y de vez en cuando no le importaba utilizar los dedos.
17:02Terminamos con todo, incluyendo media tarta de fresas.
17:06Durante unos momentos permanecimos inmóviles, como atontados.
17:11El sudor nos perlaba el rostro.
17:13Al fin nos levantamos de la mesa, dejando los platos sucios.
17:17No miramos atrás.
17:19Pasamos al cuarto de estar y nos dejamos caer de nuevo en nuestro sitio.
17:23Robert y mi mujer en el sofá.
17:26Yo ocupé la butaca grande.
17:28Tomamos dos o tres copas más mientras ellos charlaban de las cosas más importantes
17:32que les habían pasado durante los últimos diez años.
17:35En general me limité a escuchar.
17:38De vez en cuando intervenía.
17:40No quería que él pensase que me había ido de la habitación
17:43y no quería que ella creyera que me sentía al margen.
17:46Hablaron de cosas que les habían ocurrido, a ellos, durante esos diez años.
17:52En vano esperé oír mi nombre en los dulces labios de mi mujer.
17:56Y entonces mi querido esposo apareció en mi vida, algo así.
18:01Pero no escuché nada por el estilo.
18:04Hablaron más de Robert.
18:06Al parecer, Robert había hecho un poco de todo.
18:09Un verdadero ciego aprendiz de todo y maestro de nada.
18:13Pero en los últimos tiempos, su mujer y él habían distribuido los productos Amway,
18:18con lo que se ganaban la vida más o menos, según pude entender.
18:22El ciego también era aficionado a la radio.
18:26Hablaba con su voz grave de las conversaciones que había mantenido con otros radioaficionados
18:31de Guam, de Filipinas, Alaska e incluso de Tahití.
18:36Dijo que tenía muchos amigos por allí, si alguna vez quería visitar esos países.
18:42De cuando en cuando volvía su rostro ciego hacia mí,
18:45se ponía la mano bajo la barba y me preguntaba algo.
18:48¿Desde cuándo tenía mi empleo actual?
18:51Tres años.
18:53¿Me gustaba mi trabajo?
18:55No.
18:56¿Tenía intención de conservarlo?
18:58¿Qué remedio me quedaba?
19:00Finalmente, cuando pensé que empezaba a quedarse sin cuerda,
19:03me levanté y encendí la televisión.
19:06Mi mujer me miró con irritación.
19:08Empezaba a calorarse.
19:10Luego miró al ciego y dijo...
19:13¿Tienes televisión, Robert?
19:15Querida mía, dijo el ciego,
19:18tengo dos televisores, uno en color y otro en blanco y negro,
19:22una vieja reliquia.
19:24Es curioso, pero cuando pongo la tele,
19:26y siempre estoy poniéndola,
19:28conecto el aparato en color.
19:30¿No te parece curioso?
19:32No supe qué responder a eso.
19:34No tenía absolutamente nada que decir.
19:37Ninguna opinión.
19:39Así que vi las noticias y traté de escuchar lo que decía el locutor.
19:43Esta televisión es en color, dijo el ciego.
19:47No me preguntéis cómo, pero lo sé.
19:50La hemos comprado hace poco, dije.
19:53El ciego bebió un sorbo de su vaso,
19:56se alzó la barba, la olió y la dejó caer.
19:59Se inclinó hacia delante en el sofá.
20:02Localizó el cenicero en la mesa
20:04y aplicó el mechero al cigarrillo.
20:06Se recostó en el sofá y cruzó las piernas,
20:09poniendo el tobillo de una sobre la rodilla de la otra.
20:13Mi mujer se cubrió la boca y bostezó.
20:16Se estiró.
20:18Voy a subir a ponerme la bata.
20:20Me apetece cambiarme.
20:22Ponte cómodo, Robert, dijo.
20:24Estoy cómodo, dijo el ciego.
20:27Quiero que te sientas a gusto en esta casa.
20:30Lo estoy, dijo el ciego.
20:33Cuando salió de la habitación,
20:35escuchamos el informe del tiempo
20:37y luego el resumen de los deportes.
20:39Para entonces, ella había estado ausente tanto tiempo
20:42que yo no sabía si iba a volver.
20:45Pensé que se habría acostado.
20:47Deseaba que bajara.
20:49No quería quedarme solo con el ciego.
20:51Le pregunté si quería otra copa
20:53y me respondió que naturalmente que sí.
20:55Luego le pregunté si le apetecía fumar un poco de mandanga conmigo.
20:59Le dije que acababa de liar un porro.
21:02No lo había hecho, pero pensaba hacerlo en un periquete.
21:05Probaré un poco, dijo.
21:08Bien dicho.
21:10Así se habla.
21:11Serví las copas y me senté a su lado en el sofá.
21:14Luego lié dos canutos gordos.
21:17Encendí uno y se lo pasé.
21:19Se lo puse entre los dedos.
21:21Lo cogió e inhaló.
21:23Reténgalo todo lo que pueda, le dije.
21:26Vi que no sabía nada del asunto.
21:28Mi mujer bajó llevando la bata rosa
21:30con las zapatillas del mismo color.
21:32—¿A qué huele? —dijo ella.
21:35—Pensamos fumar un poco de hierba —dije.
21:38Mi mujer me lanzó una mirada furiosa.
21:41Luego miró al ciego y dijo.
21:43—No sabía que fumaras, Robert.
21:46—Ahora lo hago, querida mía.
21:48Siempre hay una primera vez.
21:50Pero todavía no siento nada.
21:52—Este material es bastante suave —expliqué.
21:56—Es flojo.
21:58Con esta mandanga se puede razonar.
22:00No le confunde a uno.
22:02—No hace mucho efecto, muchacho —dijo riéndose.
22:06Mi mujer se sentó en el sofá entre los dos.
22:09Le pasé el canuto.
22:11Lo cogió, le dio una calada y me lo volvió a pasar.
22:14—¿En qué dirección va esto? —preguntó.
22:17—No debería fumar.
22:19Apenas puedo tener los ojos abiertos.
22:21La cena ha acabado conmigo.
22:23No he debido comer tanto.
22:25—Ha sido la tarta de fresas —dijo el ciego.
22:28Eso ha sido la puntilla.
22:30Soltó una enorme carcajada.
22:32Luego meneó la cabeza.
22:34—Hay más tarta —le dije.
22:36—¿Quieres un poco más, Robert? —le dijo mi mujer.
22:40—Quizá dentro de un poco.
22:42Prestamos atención a la televisión.
22:44Mi mujer bostezó otra vez.
22:46—Cuando tengas ganas de acostarte, Robert, tu cama está hecha —dijo.
22:51—Sé que has tenido un día duro.
22:53Cuando estés listo para ir a la cama, dilo.
22:56Le tiró del brazo.
22:58—¿Robert? —volvió de su ensimismamiento y dijo.
23:02—Lo he pasado verdaderamente bien.
23:05Esto es mejor que las cintas, ¿verdad?
23:07—Le toca a usted —le dije, poniéndole el porro entre los dedos.
23:12Inhaló, retuvo el humo y luego lo soltó.
23:16Era como si lo estuviese haciendo desde los nueve años.
23:19—Gracias, muchacho.
23:21Pero creo que esto es todo para mí.
23:23Me parece que empiezo a sentir el efecto.
23:26Pasó a mi mujer el canuto chisporroteante.
23:29—Lo mismo digo —dijo ella.
23:32—Ídem de ídem.
23:33Yo también.
23:34Cogió el porro y me lo pasó.
23:36Me quedaré sentada un poco entre vosotros dos con los ojos cerrados.
23:40Pero no me prestéis atención, ¿eh?
23:42Ninguno de los dos.
23:44Si os molesto, decidlo.
23:46Si no, es posible que me quede aquí sentada con los ojos cerrados hasta que os vayáis a acostar.
23:52Tu cama está hecha, Robert, para cuando quieras.
23:55Está al lado de nuestra habitación, al final de las escaleras.
23:59Te acompañaremos cuando estés listo.
24:01Si me duermo, despertadme, chicos.
24:04Al decir eso, cerró los ojos y se durmió.
24:08Terminaron las noticias.
24:10Me levanté y cambié de canal.
24:12Volví a sentarme en el sofá.
24:14Deseé que mi mujer no se hubiera quedado dormida.
24:17Tenía la cabeza apoyada en el respaldo del sofá y la boca abierta.
24:21Se había dado la vuelta, de modo que la bata se le había abierto revelando un muslo apetitoso.
24:27Alargué la mano para volverla a tapar y entonces miré al ciego.
24:31—¡Qué coño! —dejé la bata como estaba.
24:34—Cuando quiera un poco de tarta, dígalo —le dije.
24:38—Lo haré.
24:39¿Está cansado?
24:41¿Quiere que lo lleve a la cama?
24:43¿Le apetece irse a la piltra?
24:45—Todavía no —contestó.
24:48—No, me quedaré contigo, chaval, si no te parece mal.
24:51Me quedaré hasta que te vayas a acostar.
24:54No hemos tenido oportunidad de hablar.
24:56¿Comprendes lo que quiero decir?
24:59Tengo la impresión de que ella y yo hemos monopolizado la velada.
25:03Se alzó la barba y la dejó caer.
25:05Cogió los cigarrillos y el mechero.
25:07—Me parece bien —dije y añadí.
25:11Me alegro de tener compañía.
25:13Y supongo que así era.
25:15Todas las noches fumaba hierba y me quedaba levantado hasta que me venía el sueño.
25:19Mi mujer y yo rara vez nos acostábamos al mismo tiempo.
25:23Cuando me dormía empezaba a soñar.
25:25A veces me despertaba con el corazón encogido.
25:28En la televisión había algo sobre la Iglesia y la Edad Media.
25:31No era un programa corriente.
25:33Yo quería ver otra cosa.
25:35Puse otros canales.
25:37Pero tampoco había nada en los demás.
25:39Así que volví a poner el primero y me disculpé.
25:41—No importa, muchacho —dijo el ciego.
25:44A mí me parece bien.
25:46Mira lo que quieras.
25:47Yo siempre aprendo algo.
25:48Nunca se acaba de aprender cosas.
25:50No me vendría mal aprender algo esta noche.
25:53Tengo oídos.
25:54No dijimos nada durante un rato.
25:56Estaba inclinado hacia delante, con la cara vuelta hacia mí,
25:59la oreja derecha apuntando en dirección al aparato.
26:02Muy desconcertante.
26:04De cuando en cuando dejaba caer los párpados para abrirlos luego de golpe,
26:08como si pensara en algo que oía en la televisión.
26:11En la pantalla, unos hombres con capuchas eran atacados y torturados
26:15por otros vestidos con trajes de esqueleto y de demonios.
26:19Los demonios llevaban máscaras de diablo y tenían cuernos y largos rabos.
26:24El espectáculo formaba parte de una procesión.
26:27El narrador inglés dijo que se celebraba en España una vez al año.
26:31Traté de explicarle al ciego lo que sucedía.
26:34Esqueletos, ya sé, dijo, moviendo la cabeza.
26:39La televisión mostró una catedral.
26:41Luego hubo un plano largo y lento de otra.
26:44Finalmente salió la imagen de la más famosa, la de París,
26:48con sus arbotantes y sus agujas que llegaban hasta las nubes.
26:52La cámara retrocedió para mostrar el conjunto de la catedral,
26:56destacando en el horizonte.
26:58A veces, el inglés que contaba la historia se callaba,
27:01dejando simplemente que el objetivo se moviera en torno a las catedrales.
27:05O bien la cámara hacía un recorrido por el campo
27:08y aparecían hombres caminando detrás de los bueyes.
27:11Esperé cuanto pude. Luego me sentí obligado a decir algo.
27:15Ahora aparece el exterior de esa catedral.
27:18Gárgolas. Pequeñas estatuas en forma de monstruos.
27:22Supongo que ahora están en Italia.
27:24Sí, en Italia. Hay pinturas en los muros de esa iglesia.
27:29—¿Son frescos, muchacho? —me preguntó, dando un sorbo de su copa.
27:34Cogí mi vaso, pero estaba vacío. Intenté recordar lo que pude.
27:39—¿Me preguntas si son frescos? —le dije.
27:42—Es así que es buena. —No lo sé.
27:45La cámara enfocó una catedral a las afueras de Lisboa.
27:48Comparada con la francesa y la italiana, la portuguesa no mostraba grandes diferencias.
27:53Pero existían, sobre todo en el interior.
27:56Entonces se me ocurrió algo.
27:58—Se me acaba de ocurrir algo. ¿Tiene usted idea de lo que es una catedral?
28:03El aspecto que tiene, quiero decir. ¿Me sigue?
28:07Si alguien le dice la palabra catedral, ¿sabe usted de qué le hablan?
28:11¿Conoce usted la diferencia entre una catedral y una iglesia baptista, por ejemplo?
28:16Dejó que el humo se le escapara despacio entre los labios.
28:20—Sé que para construirla han hecho falta centenares de obreros y cincuenta o cien años.
28:26Contestó.
28:28—Acabo de oírselo decir al narrador, claro está.
28:31Sé que en una catedral trabajaban generaciones de una misma familia.
28:35También lo ha dicho el comentarista.
28:38Los que empezaban no vivían para ver terminada la obra.
28:42En ese sentido, muchacho, no son diferentes de nosotros, ¿verdad?
28:46Se echó a reír.
28:48Sus párpados volvieron a cerrarse.
28:50Su cabeza se movía.
28:52Parecía adormitar.
28:54Tal vez se figuraba estar en Portugal.
28:56Ahora la televisión mostraba otra catedral.
28:59En Alemania, esta vez.
29:01La voz del inglés seguía sonando monótonamente.
29:05—Catedrales —dijo el ciego.
29:08Se incorporó, moviendo la cabeza de atrás adelante.
29:12—Si quieres saber la verdad, muchacho, eso es todo lo que sé.
29:16Lo que acabo de decir.
29:18Pero tal vez quieras describirme una.
29:20—Me gustaría.
29:22Ya que me lo preguntas, en realidad no tengo una idea muy clara.
29:26Me fijé en la toma de la catedral en la televisión.
29:29¿Cómo podía empezar a describírsela?
29:32Supongamos que mi vida dependiera de ello.
29:35Supongamos que mi vida estuviese amenazada por un loco que me ordenara hacerlo.
29:39¿O si no?
29:41Observé la catedral un poco más hasta que la imagen pasó al campo.
29:45Era inútil.
29:47Me volví hacia el ciego y dije.
29:49—Para empezar, son muy altas.
29:52Eché una mirada por el cuarto para encontrar ideas.
29:55Se alzan mucho.
29:57Muy alto.
29:59Hacia el cielo.
30:01Algunas son tan grandes que han de tener apoyo.
30:03Para sostenerlas, por decirlo así.
30:06El apoyo se llama arbotante.
30:09Me recuerdan a los viaductos, no sé por qué.
30:12Pero quizá tampoco sepa usted lo que son los viaductos.
30:15A veces, las catedrales tienen demonios y cosas así en la fachada.
30:19En ocasiones, caballeros y damas.
30:21No me pregunte por qué.
30:23Él asentía con la cabeza.
30:25Todo su torso parecía moverse de atrás adelante.
30:28—No se lo explico muy bien, ¿verdad?
30:31Le dije.
30:33Se acabó de asentir y se inclinó hacia adelante al borde del sofá.
30:37Mientras me escuchaba, se pasaba los dedos por la barba.
30:40No lograba hacerme entender.
30:42Eso estaba claro.
30:44Pero de todos modos esperó a que continuara.
30:47Asintió como si tratara de animarme.
30:50Intenté pensar en otra cosa que decir.
30:53Son realmente grandes.
30:55Pesadas.
30:56Están hechas de piedra.
30:58De mármol también, a veces.
31:00En aquella época, al construir catedrales, los hombres querían acercarse a Dios.
31:05En esos días, Dios era una parte importante en la vida de todo el mundo.
31:10Eso se ve en la construcción de catedrales.
31:13—Lo siento —dije—, pero creo que eso es todo lo que puedo decirle.
31:17Esto no se me da bien.
31:19—No importa, muchacho —dijo el ciego—.
31:22Escucha, espero que no te moleste que te pregunte.
31:26¿Puedo hacerte una pregunta?
31:28Deja que te haga una sencilla.
31:30Contéstame sí o no.
31:32Solo por curiosidad y sin ánimo de ofenderte.
31:35Eres mi anfitrión.
31:37¿Pero eres creyente en algún sentido?
31:40¿No te molesta que te lo pregunte?
31:42Sacudí la cabeza.
31:44Pero él no podía verlo.
31:46Para un ciego es lo mismo un guiño que un movimiento de cabeza.
31:50Supongo que no soy creyente.
31:52No creo en nada.
31:54A veces resulta difícil.
31:56¿Sabe lo que quiero decir?
31:58—Claro que sí —dijo él.
32:00—Pues eso.
32:02El inglés seguía hablando.
32:04Mi mujer suspiró dormida.
32:06Respiró hondo y siguió durmiendo.
32:08—Tendrá que perdonarme —le dije—.
32:11Pero no puedo explicarle cómo es una catedral.
32:14Soy incapaz.
32:15No puedo hacer más de lo que he hecho.
32:17El ciego permanecía inmóvil mientras me escuchaba con la cabeza inclinada.
32:22—Lo cierto es —proseguí—
32:25que las catedrales no significan nada especial para mí.
32:28Nada.
32:29Catedrales.
32:31Es algo que se ve en la televisión a última hora de la noche.
32:34Eso es todo.
32:36Entonces fue cuando el ciego se aclaró la garganta.
32:39Sacó algo del bolsillo de atrás.
32:42Un pañuelo.
32:43Luego dijo.
32:45—Lo comprendo, muchacho.
32:46Esas cosas pasan.
32:47No te preocupes.
32:49Oye, escúchame.
32:51¿Querrías hacerme un favor?
32:53Tengo una idea.
32:54¿Por qué no vas a buscar un papel grueso?
32:56Y una pluma.
32:57Haremos algo.
32:59Dibujaremos juntos una catedral.
33:01Trae papel grueso y una pluma.
33:03—Vamos, muchacho, tráelo.
33:06Así que fui arriba.
33:07Tenía las piernas como sin fuerza, como si acabara de venir de correr.
33:11Eché una mirada en la habitación de mi mujer.
33:14Encontré bolígrafos encima de su mesa, en una cestita.
33:17Luego pensé dónde buscar la clase de papel que me había pedido.
33:21Abajo, en la cocina, encontré una bolsa de la compra con cáscaras de cebolla en el fondo.
33:26La vacié y la sacudí.
33:28La llevé al cuarto de estar y me senté con ella a sus pies.
33:32Aparté unas cosas, alisé las arrugas del papel de la bolsa y lo extendí sobre la mesita.
33:38El ciego se bajó del sofá y se sentó en la alfombra, a mi lado.
33:42Pasó los dedos por el papel, de arriba a abajo.
33:45Recorrió los lados del papel, incluso los bordes, hasta los cantos.
33:50Manoseó las esquinas.
33:52—Muy bien —dijo.
33:54—De acuerdo, vamos a hacerla.
33:57Me cogió la mano, la que tenía el bolígrafo.
33:59La apretó.
34:00—Adelante, muchacho, dibuja —me dijo.
34:03—Dibuja.
34:04Ya verás.
34:05Yo te seguiré.
34:06Saldrá bien.
34:07Empieza ya, como te digo.
34:09Ya verás.
34:10Dibuja.
34:11Así que empecé.
34:12Primero tracé un rectángulo que parecía una casa.
34:15Podía ser la casa en la que vivo.
34:17Luego le puse el tejado.
34:19En cada extremo del tejado dibujé agujas góticas.
34:22De locos.
34:24—Estupendo —dijo él.
34:26Magnífico.
34:27Lo haces estupendamente.
34:29Nunca en la vida habías pensado hacer algo así, ¿verdad, muchacho?
34:33Bueno, la vida es rara, ya lo sabemos.
34:36Venga.
34:37Sigue.
34:39Puse ventanas con arcos.
34:41Dibujé arbotantes.
34:42Suspendí puertas enormes.
34:44No podía parar.
34:45El canal de la televisión dejó de emitir.
34:48Dejé el bolígrafo para abrir y cerrar los dedos.
34:51El ciego palpó el papel.
34:53Moví a las puntas de los dedos por encima, por donde yo había dibujado, asintiendo con la cabeza.
34:58—Esto va muy bien —dijo.
35:01Volví a coger el bolígrafo y él encontró mi mano.
35:04Seguí con ello.
35:06No soy ningún artista, pero continué dibujando de todos modos.
35:10Mi mujer abrió los ojos y nos miró.
35:12Se incorporó en el sofá con la bata abierta.
35:15—¿Qué estáis haciendo? —dijo.
35:18—Contádmelo.
35:19Quiero saberlo.
35:20No le contesté.
35:22—Estamos dibujando una catedral —dijo el ciego.
35:25Lo estamos haciendo él y yo.
35:27Aprieta fuerte —me dijo a mí.
35:30—Eso es.
35:31Así va bien.
35:32Naturalmente.
35:33Ya lo tienes, muchacho.
35:35Lo sé.
35:36Creías que eras incapaz.
35:38Pero puedes, ¿verdad?
35:40Ahora vas echando chispas.
35:42¿Entiendes lo que quiero decir?
35:44Verdaderamente vamos a tener algo aquí dentro de un momento.
35:48—¿Cómo va ese brazo? —me preguntó.
35:51—Ahora pon gente por ahí.
35:53¿Qué es una catedral sin gente?
35:55—¿Qué pasa? —inquirió mi mujer.
35:58—¿Qué estás haciendo, Robert?
36:00¿Qué ocurre?
36:01—Todo va bien —le dijo el ciego.
36:04Y añadió, dirigiéndose a mí.
36:06—Ahora cierra los ojos.
36:08Lo hice.
36:09Los cerré, tal como me decía.
36:12—¿Los tienes cerrados? —me dijo.
36:15—No hagas trampa.
36:16Los tengo cerrados.
36:18Manténlos así.
36:20No pares ahora.
36:21Dibuja.
36:22Y continuamos.
36:24Sus dedos apretaban los míos mientras mi mano recorría el papel.
36:28No se parecía a nada que hubiese hecho en la vida hasta aquel momento.
36:32Luego dijo,
36:33—Creo que ya está.
36:35Me parece que lo has conseguido.
36:38Echa una mirada.
36:40—¿Qué te parece?
36:42Pero yo tenía los ojos cerrados.
36:44Pensé mantenerlos así un poco más.
36:47Creí que era algo que debía hacer.
36:50—¿Y bien? —dijo.
36:52—¿Estás mirándolo?
36:54Yo seguía con los ojos cerrados.
36:56Estaba en mi casa.
36:58Lo sabía.
36:59Pero no tenía la impresión de encontrarme dentro de algo.
37:03—Es verdaderamente extraordinario —dije.