Es esencial que en todas las tiendas de comestibles y supermercados existan normas de seguridad que velen por la salud del consumidor.
Los supermercados suelen tener indicadores muy claros de que la seguridad alimentaria no cumple las normas. Sue A. James, fundadora de ‘Pinnacle Health & Wellness’, señala las siguientes señales de advertencia.
Los signos evidentes de suciedad en las superficies de un supermercado son muy preocupantes, ya que la falta de limpieza puede provocar la presencia de cucarachas y moscas cerca de los productos alimenticios.
Un baño sucio en un establecimiento que vende alimentos es también una "señal de alarma" identificable, según James, ya que indica la limpieza general de la tienda.
Los productos que parezcan descoloridos, dañados o caducados no son recomendables, ya que pueden afectar gravemente a la salud.
Los frigoríficos o congeladores rotos también pueden provocar la venta de productos caducados.
Cuando compres en un frigorífico o congelador, asegúrate de que los productos son frescos y se han mantenido a la temperatura adecuada.
“Si las puertas del frigorífico no cierran correctamente, puede entrar aire caliente y los alimentos no mantienen la temperatura", explica Sue A. James.
No consumas alimentos congelados que no tengan la consistencia adecuada, ya que podrían haberse almacenado a una temperatura no óptima.
Los supermercados suelen tener indicadores muy claros de que la seguridad alimentaria no cumple las normas. Sue A. James, fundadora de ‘Pinnacle Health & Wellness’, señala las siguientes señales de advertencia.
Los signos evidentes de suciedad en las superficies de un supermercado son muy preocupantes, ya que la falta de limpieza puede provocar la presencia de cucarachas y moscas cerca de los productos alimenticios.
Un baño sucio en un establecimiento que vende alimentos es también una "señal de alarma" identificable, según James, ya que indica la limpieza general de la tienda.
Los productos que parezcan descoloridos, dañados o caducados no son recomendables, ya que pueden afectar gravemente a la salud.
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“Si las puertas del frigorífico no cierran correctamente, puede entrar aire caliente y los alimentos no mantienen la temperatura", explica Sue A. James.
No consumas alimentos congelados que no tengan la consistencia adecuada, ya que podrían haberse almacenado a una temperatura no óptima.
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