• hace 2 semanas
La victoria presidencial de Donald Trump tiene el potencial de influir drásticamente en las guerras que se están desarrollando en Oriente Próximo y Europa.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, fue uno de los primeros líderes mundiales en felicitar a Trump por su victoria, calificando su triunfo como «el mayor regreso de la historia».

Durante su campaña, Trump expresó su apoyo al «derecho de Israel a ganar su guerra contra el terror», pero no ha dado detalles sobre cómo su administración ayudaría a acelerar el fin de la guerra de Gaza.

Fawaz Gerges, profesor de Relaciones Internacionales en la London School of Economics, teme que Donald Trump apoye aún más las operaciones militares de Israel.

«[Trump] básicamente dará a Netanyahu lo que quiera -en particular, luz verde no sólo para continuar la guerra en Gaza y Líbano, sino incluso para intensificar la lucha contra el propio Irán», dijo Gerges.

Gerges también señaló que la elección del candidato era irrelevante, ya que «la política exterior estadounidense está históricamente unida a Israel».

Además, Trump ha prometido previamente resolver la invasión rusa de Ucrania antes incluso de tomar posesión de su cargo. 

EE.UU. ha aprobado una ayuda de 175.000 millones de dólares a Ucrania, pero Trump ha elogiado previamente al presidente ruso Vladimir Putin y ha culpado al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy de iniciar la guerra. 

Trump se ha negado a comprometerse a dar más ayuda a Ucrania, pero Zelenskyy sigue siendo optimista, diciendo que anticipa «un Estados Unidos fuerte bajo el liderazgo decisivo de Trump».

Si Trump retira el apoyo estadounidense, la defensa de Ucrania se vería gravemente debilitada, lo que podría conducir a grandes concesiones territoriales a Putin.

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