Como masculla Obélix, el entrañable gordo de los ‘cómics’ de Asterix, “están locos estos romanos”.
Locos y tontos, porque coincidirán conmigo que esto de arrestar a una paisana, pedir filiaciones, poner multas y despachar a los ‘robocops’ de Marlaska contra los que rezan el rosario en la calle Ferraz solo lo puede hacer alguien que ha perdido la vergüenza y la cordura.
La ciudadanía lleva casi 30 noches consecutivas acudiendo ante la sede central del PSOE para expresar su repulsa a la traición e iniquidad que supone la ley de amnistía, pactada por Sánchez con la mugre delincuencial golpista.
Es una movilización espontánea, en defensa de la unidad de España y de un futuro en libertad, donde no se persiga a jueces, periodistas y disidentes.
Y va gente de toda edad y condición, incluso valientes y sin complejos que proclaman en público ser católicos y se atreven a orar en la puerta de la iglesia.
Creo que esto del rezo lo iniciaron hace un par de semanas unas chicas. Lo hacían un rato antes de cada concentración, separando sus plegarias de las jaculatorias de la masa de ‘indignados’ que eran y siguen siendo ‘¡Pedro Sánchez, hijodeputa!’ y ‘¡Esto no es una sede, es un puticlub!´.
El caso es que lo del rosario ha cogido aire y a Sánchez y Marlaska, que tienen desplegados ante la sede del PSOE más antidisturbios que toda la frontera con Marruecos, no se les ha ocurrido otra cosa que cargar contra los rezantes, apelando a la Ley de Seguridad Ciudadana.
La misma que no aplicaron cuando los porretas del 15-M acamparon en la Puerta del Sol y estuvieron de aquelarre un mes, o cuando se plantan en la calle los creyentes musulmanes y rezan juntos a Alá.
Pues el pasado martes arrestaron a una señora que invadió la calzada rosario en mano, se la llevaron al calabozo y la harán comparecer ante el juez; y ayer multaron al pacífico y educado organizador del rezo, que se llama José Andrés.
Siendo muy niño, en aquella época en que el Padre Peyton, un sacerdote norteamericano de origen irlandés, lanzó una campaña mundial llamada Cruzada de Oración y se hizo famoso el lema "la familia que reza unida permanece unida", se rezaba el rosario en mi casa.
Yo me encargaba de la letanía y todavía me acuerdo de aquello de ‘Madre Inmaculada Ruega por nosotros’, pero estoy en una fase de mi vida, esperando la llamada de San Pedro, en la que dudo hasta de que exista la Divina Providencia, viendo los horrores que suceden y que Dios sólo ayuda a los buenos cuando son más que los malos.
Dicho esto, como Sánchez, el ‘darling de los terroristas de Hamas, su subalterno Marlaska y esa panda de malandrines sigan agrediendo a los católicos y para fastidiar a la Conferencia Episcopal, que en esto como en casi todo lo importante está más callada que una puerta, un día de estos me pongo a rezar en Ferraz.
Y a viva voz.
Locos y tontos, porque coincidirán conmigo que esto de arrestar a una paisana, pedir filiaciones, poner multas y despachar a los ‘robocops’ de Marlaska contra los que rezan el rosario en la calle Ferraz solo lo puede hacer alguien que ha perdido la vergüenza y la cordura.
La ciudadanía lleva casi 30 noches consecutivas acudiendo ante la sede central del PSOE para expresar su repulsa a la traición e iniquidad que supone la ley de amnistía, pactada por Sánchez con la mugre delincuencial golpista.
Es una movilización espontánea, en defensa de la unidad de España y de un futuro en libertad, donde no se persiga a jueces, periodistas y disidentes.
Y va gente de toda edad y condición, incluso valientes y sin complejos que proclaman en público ser católicos y se atreven a orar en la puerta de la iglesia.
Creo que esto del rezo lo iniciaron hace un par de semanas unas chicas. Lo hacían un rato antes de cada concentración, separando sus plegarias de las jaculatorias de la masa de ‘indignados’ que eran y siguen siendo ‘¡Pedro Sánchez, hijodeputa!’ y ‘¡Esto no es una sede, es un puticlub!´.
El caso es que lo del rosario ha cogido aire y a Sánchez y Marlaska, que tienen desplegados ante la sede del PSOE más antidisturbios que toda la frontera con Marruecos, no se les ha ocurrido otra cosa que cargar contra los rezantes, apelando a la Ley de Seguridad Ciudadana.
La misma que no aplicaron cuando los porretas del 15-M acamparon en la Puerta del Sol y estuvieron de aquelarre un mes, o cuando se plantan en la calle los creyentes musulmanes y rezan juntos a Alá.
Pues el pasado martes arrestaron a una señora que invadió la calzada rosario en mano, se la llevaron al calabozo y la harán comparecer ante el juez; y ayer multaron al pacífico y educado organizador del rezo, que se llama José Andrés.
Siendo muy niño, en aquella época en que el Padre Peyton, un sacerdote norteamericano de origen irlandés, lanzó una campaña mundial llamada Cruzada de Oración y se hizo famoso el lema "la familia que reza unida permanece unida", se rezaba el rosario en mi casa.
Yo me encargaba de la letanía y todavía me acuerdo de aquello de ‘Madre Inmaculada Ruega por nosotros’, pero estoy en una fase de mi vida, esperando la llamada de San Pedro, en la que dudo hasta de que exista la Divina Providencia, viendo los horrores que suceden y que Dios sólo ayuda a los buenos cuando son más que los malos.
Dicho esto, como Sánchez, el ‘darling de los terroristas de Hamas, su subalterno Marlaska y esa panda de malandrines sigan agrediendo a los católicos y para fastidiar a la Conferencia Episcopal, que en esto como en casi todo lo importante está más callada que una puerta, un día de estos me pongo a rezar en Ferraz.
Y a viva voz.
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